3 trucos para que nada empañe tu experiencia vinícola
¿Vienen a casa visitas inesperadas y el vino está caliente?, ¿has dejado una botella a medias?, ¿te faltan copas para servir todos los vinos? Aquí van unos consejos muy prácticos para sortear pequeños contratiempos y disfrutar al máximo de tu experiencia vinícola.
El vino, a su temperatura. Ya hablamos sobre las temperaturas de servicio en función del tipo de vino, un tema muy importante si queremos apreciar como es debido las características de un vino. En cualquier caso, imagina que recibes una visita inesperada y los vinos que tienes en casa están a una temperatura más elevada de lo aconsejable. Un truco que nos puede sacar de apuros es introducir un cubito de hielo en la copa y removerla. ¡Ojo! Saca el hielo rápidamente transcurridos 5-6 segundos: si se diluye, nos va a aguar el vino.
De todos modos, este es un truco para emergencias. Si dispones de algo de tiempo para enfriar el vino, mejor no lo uses. Una cubitera con agua y hielo sería la mejor opción: nos enfriará un vino tinto en menos de 15 minutos y un vino blanco en algo más, media hora aproximadamente. Si no tienes cubitera, puedes echar mano del frigorífico, aunque insistimos en que hablamos de casos de emergencia, ya que los vinos no aceptan bien los cambios bruscos de temperatura. En la nevera, un tinto estará listo para tomar al cabo de 20-30 minutos aproximadamente, y en un par de horas si se trata de blancos o espumosos.
Sobró media botella, ¿qué hacemos? Ten en cuenta que una vez abierta la botella, la vida del vino tiene las horas contadas. El contacto con el aire lo estropeará, aunque vuelvas a colocarle el corcho.
La rapidez con la que se produce el deterioro del vino depende de varios factores. Por un lado, factores externos como la temperatura ambiente: el calor acelera la oxidación del vino. Por otro lado, depende del tipo de vino en cuestión: los vinos tintos ligeros y los blancos no suelen aguantar en condiciones más de un par de días; sin embargo, un tinto potente y muy estructurado lo hará unos cuantos días más, ya que los taninos y el elevado nivel de alcohol actuarán como conservantes.
En cualquier caso, lo más recomendable si quieres prolongar la vida de un vino una vez abierto es que compres en tiendas especializadas alguno de los artículos concebidos para este fin: bombas de vacío para extraer el oxígeno de la botella, tapones de goma, cierres de silicona, e incluso aparatos para uso doméstico que rellenan la botella de nitrógeno.
¿Te faltan copas para servir el siguiente vino? ¿Alguna vez has escuchado el término ‘envinar'? Supón que recibes más invitados de los que esperabas, tienes que abrir más vinos y no tienes suficientes copas para cambiarlas. En ese caso, puedes reutilizar las que tienes sin que los aromas y sabores del vino que se ha acabado se trasmitan al nuevo. ¿Cómo? Echa una pequeña cantidad del vino nuevo a servir en una copa, remuévela y ve pasando esa cantidad de vino de una copa a otra para enjuagarlas. Se recomienda envinar la copa siempre que se cambie de vino, aunque sea el mismo vino pero de una botella diferente.