¿Qué significan los conceptos vino atlántico y vino mediterráneo?
Para describir un vino muchas veces se utilizan los conceptos “atlántico” o “mediterráneo”. ¿Sabes qué quieren decir? Hablamos de diferentes estilos marcados por las condiciones climáticas. Los vinos de perfil atlántico se dan mayormente en zonas de clima atlántico: en el norte y noroeste peninsular; sobre todo en Galicia, la región colindante del Bierzo (León), País Vasco y algunas zonas de la D.O.Ca. Rioja; mientras que los “vinos de corte mediterráneo” se encuentran con frecuencia -evidentemente- en las zonas del mediterráneo español, con un clima más cálido, más horas de sol y menos lluvias: gran parte de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia…
Características de los vinos mediterráneos
El alcohol se produce de forma natural durante el proceso de fermentación de la uva. Durante la fermentación, la acción de las levaduras transforma los azúcares del mosto en alcohol; por eso el nivel de alcohol está relacionado con el nivel de azúcar que tenga la uva. En las zonas cálidas, los racimos se benefician de una mayor maduración; y por tanto, se obtienen vinos con una graduación alcohólica más elevada que en las zonas frías. Ese grado alcohólico alto hace que en boca percibamos un vino poderoso, estructurado, carnoso, con cuerpo y concentración. Además, los vinos mediterráneos suelen ser golosos, ya que la mayor maduración de las uvas se refleja normalmente en recuerdos a frutas muy maduras, incluso compotadas.
Ejemplos de vinos de perfil mediterráneo: Mas de Can Blau 2011 (D.O. Montsant, Tarragona); o Las Gravas 2009 (D.O. Jumilla), elaborado en tierras murcianas principalmente con monastrell, uva característica del mediterráneo español. En manos de nuevos y expertos elaboradores, la monastrell ha dejado atrás su fama de producir tintos cálidos y alcohólicos para dar vida a vinos muy valorados por su amplitud, elegancia y complejidad.
Características de los vinos atlánticos
Los vinos atlánticos son frescos, ligeros y fáciles de beber, con un estilo más fragante que los maduros mediterráneos. Digamos que si los vinos mediterráneos tienen más cuerpo y mayor grado alcohólico, los atlánticos tienen mayor acidez. De hecho, esta acidez es esencial para buscar el equilibrio entre cuerpo y frescura. En cuanto a la nariz, son comunes los aromas florales y herbáceos. Los vinos atlánticos también despliegan aromas frutales, pero más en la línea de las frutas frescas, no compotadas.
En Galicia hay una gran variedad de uvas blancas con acusada personalidad que evolucionan muy bien en este clima atlántico y que dan lugar a vinos de primer nivel. Entre estas variedades, la más reconocida es la albariño, bandera de la D.O. Rías Baixas. Otras castas gallegas menos mediáticas que piden paso en la élite son la godello, treixadura y loureiro.
Otra de las regiones de referencia de vinos atlánticos es la D.O. Bierzo (noroeste de la provincia de León). El Bierzo basa su éxito en una variedad autóctona muy singular que forma una perfecta alianza con el clima: la mencía (también cultivada en Galicia). Bien elaborada, la mencía otorga tintos llenos de fragancia, potencial de fruta roja, notas de flores y una boca sabrosa, fresca y aterciopelada.
Precisamente, la Selección Especial de agosto reúne dos vinos de dos de las zonas atlánticas más características: el blanco Bouza do Rei 2015, un albariño con D.O. Rías Baixas, y el tinto Señorío del Bierzo Mencía Centenaria 2011 (D.O. Bierzo). Imprescindibles.